Viernes 27 de Enero de 2017, 10:41
Una primera sorpresa se apodera de los argentinos cuando entran a los supermercados de otros países: en las góndolas se ofrece una gran cantidad de productos "Made in Argentina". Pero la segunda sorpresa no tarda en llegar y convierte el orgullo nacional en un amargo desconcierto. Al hacer las cuentas, descubren que comprarlos ahí les puede costar menos que hacerlo en Buenos Aires.