Escribe Roa: "Es la codicia, estúpido"

Jueves 09 de Junio de 2016, 07:41




Por Ricardo Roa
Clarín


Cristina Kirchner declaró en estos días una fortuna de 77 millones
.

La familia, de casi 120 millones. En 2003 habían declarado 7 millones.

Familia exitosa, no sólo abogada exitosa.

Es difícil explicar la vocación de los Kirchner por el dinero. O fácil, según cómo se lo mire.

“Vivo de mi pensión de ex presidente y la de mi ex marido”, le dijo Cristina a Bonadio cuando siguiendo el protocolo el juez le preguntó sobre sus ingresos.

La ex presidente cobra no una sino dos pensiones presidenciales.

Andarán por los $ 130.000 mensuales cada una.

Ella, que vetó el 82% móvil y obligó a decenas de miles de jubilados a iniciar juicios para intentar cobrar antes de morir sumas que apenas superan el nivel de supervivencia, defiende con uñas y dientes su privilegio.

No renuncia a un solo peso de su doble pensión.

No está claro si legalmente debería hacerlo.

Pero éticamente debería hacerlo. En febrero comenzó a cobrar la pensión como ex presidente. Y como viuda el trámite también le salió en tiempo récord: menos de dos meses. Cualquier mortal necesita cuanto menos seis.

Pertenecer tiene estos privilegios y ningún privilegio es suficiente para los privilegiados. Este principio también comprende a Lázaro Báez, preso en Ezeiza, donde en su doble condición de procesado ve la doble condición de pensionada de Cristina. Era embudo mimado de las obras públicas y ahora es embudo casi exclusivo de la investigación judicial.

En estilo K, como para que también se lo siga teniendo presente, Báez hace que gire a su alrededor una colección de rarezas. Una: rastrean celulares para ver si el juez Casanello estuvo con Cristina en Olivos cuando empezaban los nervios.

Otra rareza es que el juez experimente los privilegios de pertenecer a ese nuevo club restringido. El Papa, ni más ni menos, lo recibe en extensísima audiencia.

Hay más: Báez pide y consigue que lo sienten a solas con los miembros de la Cámara Federal. Les impuso escucharlos para que escucharan nada de relevancia. Notable antecedente que ni un garantista como Zaffaroni habría imaginado.

Su hijo Leandro recusa al juez porque no mandó investigar a la ex presidenta. Y una grabación revela que Báez mismo acusa a Casanello de coimero. Báez despide entonces a su abogada.

Siguen las rarezas: la familia Kirchner, socia de Báez, afirma que “no explota ningún hotel ni nunca lo hizo”. Sólo falta que Báez diga que no tuvo ni tiene ninguna propiedad. Y que todos digan que son tan pobres que dan lástima. Hay una probable explicación para Cristina y para todo esto: simplemente, codicia.


Fuente: http://www.clarin.com/politica/codicia-estupido_0_1592240764.html