Cuáles son las rutas aéreas que pueden tener más turbulencias

Miércoles 08 de Junio de 2016, 08:37

Para evitar sorpresas con las turbulencias es recomendable ajustarse el cinturón. /Foto: Clarín



No es la primera vez que aparece la noticia en los medios: un vuelo sufre fuertes turbulencias y hay gente lastimada.

Sin embargo, hay que decir que este tipo de turbulencias severas no son las más frecuentes.

 "El 99 por ciento de las turbulencias sólo provocan cierta incomodidad", señala Claudio Plá, titular de Poder Volar, una organización que ayuda a la gente a superar su miedo a viajar en avión.

Un dato: cada año vuelan "3.600 millones de asientos"; muy pocos pasajeros sufren estas situaciones.

En primer lugar hay que decir que existen diversos tipos de turbulencias. La turbulencia de aire claro se produce a gran altitud y, en general, sin presencia de nubes.

"En el aire se producen en ocasiones flujos laminares de vientos con diferente temperatura. El encuentro de un flujo cálido con uno frío genera una suerte de ’marejada’ en aire que los pilotos llaman empedrado o zapatilleo. Es de baja intensidad, un poco molesta y los pasajeros se asustan al ver la vibración en las alas", explica Plá.

También hay turbulencias por nubes de desarrollo vertical y tormentas. Y la turbulencia orográfica, también llamada "onda de montaña": la masa de aire se encuentra con una montaña, se ve obligada a ascender y, en determinadas condiciones, al descender producen estas "ondas", que los pasajeros del avión sienten como turbulencia.

"Cuando los pilotos ven nubes blancas con forma lenticular sobre las montañas, saben que ahí hay movimiento", explica Plá.

A la vez, las turbulencias pueden ser ligeras (son breves, provocan cambios erráticos en la altitud del avión, provoca cierta incomodidad si una persona está caminado por el pasillo), las moderadas (algo más intensas que las anteriores, por ejemplo, andar por el pasillo o servir comidas y bebidas a bordo se torna complicado, la gente puede sentir más presión en los cinturones), y las severas, con cambios bruscos y repentinos en altitud, con grandes variaciones en la velocidad de vuelo que podrían provocar que una persona sea desplazada de su asiento si no lleva abrochado su cinturón.

Zonas movidas

"Es importante tener en cuenta que antes de un vuelo se prepara el plan de ruta que busca el mejor camino, no sólo para confort del pasajero de la línea aérea, sino también para evitar, por ejemplo las tormentas: no porque el avión no pueda pasarlas, sino porque generan incomodidad y se gasta mucho más combustible", señala Plá y agrega que dentro de las rutas más usuales para los argentinos, las que pasan por la Cordillera pueden tener cierta turbulencia, como también las que atraviesan la zona del Ecuador, en las rutas hacia Estados Unidos y Europa.

Esto no significa que siempre habrá turbulencia. Pero puede ser algo esperable.

"La meteorología es una ciencia por aproximación. La turbulencia orográfica -ondas de montaña- se da en las zonas cordilleranas, montañosas, sea en los Andes, los Pirineos o los Alpes", explica Plá.

En el caso de la zona del Ecuador, existe lo que se llama zona de convergencia intertropical o cinturón intertropical, donde convergen los vientos alisios del hemisferio norte con los del hemisferio sur. Aquí se pueden generar nubes de gran altura que alcanzan a afectar el vuelo con turbulencias.

"El avión suele volar a 10.000 metros de altura y pasa por arriba de nubes y tormentas. Pero cuando llega al cinturón intertropical, donde las nubes son altas, es lógico que se muevaun poco. Esto se puede ver, por ejemplo, en el norte de Brasil, en la zona del Amazonas, con mucha evaporación, un núcleo húmedo muy importante", explica Plá y agrega: "Si además se trata de un vuelo nocturno, cuando el pasajero está más cansado, todo movimiento resulta más dramático: es de noche, el avión está a oscuras, la gente dormitando y la turbulencia genera un momento de susto".

El especialista suma que otros vuelos que suelen asustar son al sur, donde suele haber vientos intensos, como Comodoro Rivadavia, Ushuaia, Bariloche, Neuquén o El Calafate. También suele haber tormentas importantes sobre la Mesopotamia, por el encuentro de masas de aire cálidas y frías que dan lugar a intensas lluvias.

Tecnología e información

Por suerte, la tecnología ayuda.

En Poder Volar (www.podervolar.org) explican que el piloto cuenta con tres fuentes de información clave para organizar el esquema de vuelo.

En primer lugar, del satélite meteorológico, con datos sobre el movimiento de las nubes, su desplazamiento y velocidad.

También los aviones tienen radares meteorológicos en la trompa del avión: cuando la señal es verde, se trata de vapor de agua; cuando es amarilla, lluvia, y cuando es roja, hay cristales de hielo. El piloto puede pasar por las zonas verdes y amarillas, pero evita las rojas porque es como meterse en medio del granizo.

En tercer lugar están los controladores aéreos que comparten la información de todos los aviones que están en la zona. La solidaridad en el aire es clave, porque sobre la base de lo que informa un piloto, otro avión puede cambiar su altitud y evitar turbulencias.

Por suerte, los aviones incorporan tecnología que ayuda en estas situaciones. Por ejemplo, los 787 tienen un "modo turbulencia" que acompaña más el movimiento y resulta menos displicente para el pasajero.

"Freud decía que el sueño a repetición que todos tenemos es el sueño de la caída. El avión presentifica ese miedo, a la gente se le despiertan miedos primitivos", concluye Plá.

Los aviones están diseñados para soportar las turbulencias más severas. Ante movimientos fuertes, la principal protección es contar con el cinturón de seguridad abrochado y que no haya elementos sueltos en la cabina que puedan "volar" y golpear a los pasajeros.



Fuente: http://www.clarin.com/todoviajes/turbulencias-miedo-volar_0_1591040984.html